"DEL BLOG PICANTE": PROHIBIDO PERDER

POR: DANIEL BRAILOSVSKY

MÉXICO -- Yo siempre he dicho que América contra Chivas es el clásico de clásicos pero es indudable que jugar contra Cruz Azul representa algo más que los tres puntos en disputa. En este caso, América y Cruz Azul llegan de perder, no están funcionando como quisieran.

Supuestamente Cruz Azul con grandes contrataciones como las que hizo no ha podido plasmar en la cancha el fútbol que sus aficionados esperan, pero me parece que tiene un gran técnico, Enrique Meza es un gran estratega y bajo su mando seguramente podrán salir adelante. El América ha mostrado altibajos, por momentos juega bien, por momentos mal, pero en este partido creo que la posición en la tabla y la forma de jugar que vienen haciendo estos equipos hasta este momento no cambiará absolutamente nada, sino que el que pueda imponerse, el que tenga más garra, el que tenga más conocimiento del rival, el que pueda implantar su forma de jugar dentro de la cancha será el equipo que gane. 

 

"América tiene hegemonía sobre Cruz Azul en los últimos años"

Indudablemente el que pierda perderá mucho más allá d elos tres puntos por un tema de afición, de historia y que de mucho más arraigo del que puedan llegar a pensar, duele mucho dentro de ambas instituciones, a mi me tocó vivirlo con América y sé muy bien que no se puede perder este tipo de partidos, lo mismo siente la gente de Cruz Azul, así que yo por lo pronto espero ver un partido ofensivo, atractivo entre ambas escuadras.

Seguramente el que gane no le importará si jugó bien o mal, lo importante en este tipo de partidos es ganar.

¿Mi pronóstico? Consulten la Quiniela Picante.

"No hace falta prueba de ADN"

POR: DAVID FAITELSON

América no es el "papá" de Cruz Azul, aunque los números, las estadísticas y las proyecciones digan lo contrario...

 Creo y confío en que la paternidad no existe, pero una prueba de ADN no le haría ningún daño a un equipo que en la época más reciente ha sido tachado de "pecho frío", de "sangre liviana" y de "corazón de pollo", entre otras muchas afirmaciones.

América no es el "papá" de Cruz Azul, aunque los números, las estadísticas y las proyecciones digan lo contrario.

¿Cómo llegan Cruz Azul y América al Clásico Joven?

Aunque cuesta aceptarlo como una teoría, la diferencia básica entre América y Cruz Azul ha sido, casi siempre, una cuestión mental que luego se traduce a goles, a una aparente superioridad física y técnica, a una grandeza compartida y a una lucha que el fútbol mexicano debe agradecer para la posteridad.

No hay diferencia en la camiseta, no hay una distancia trascendente entre la historia de uno y de otro. 

Son dos equipos que gustan del buen fútbol, que tienen la obligación de ganar cada domingo, que gustan reforzarse bien y que apuestan por la generación de jugadores de su propia escuela. 

Cruz Azul irrumpió hace más de cinco décadas para convertirse en el gran rival del América y siempre lo hizo bien, sin rodeos, sin complejos, sin divagaciones, fincando arraigo y pertenencia en la tribuna, en su pueblo y en sus colores. 

Hasta ahí todo marcha bien. ¿Qué le paso al Cruz Azul de los últimos años? ¿Por qué sus jugadores, sus entrenadores y sus directivos dejaron de tener el temple y la fuerza para vencer al América?

Nunca habrá que olvidar el hecho de que son dos camisetas que hacen o tratan de hacer las cosas diferentes en la cancha y en la vida misma. América, por naturaleza, es un equipo más explosivo, más caliente, más comunicativo, o por lo menos eso era hasta antes de que sus jugadores se contagiaran con la personalidad del entrenador y el presidente actual. 

Y Cruz Azul siempre ha sido un equipo de mayor cálculo, frialdad, orden, fe y buen trato para sus jugadores, empleados y aficionados. A partir de esas diferencias en el modo de ser, tenemos que entender cosas que suceden en la cancha.

Olvídense de la prueba ADN, Cruz Azul no tiene papá y América no tiene hijo. Estoy seguro que desde Billy Álvarez, Enrique Meza, Gerardo Torrado y hasta el cualquier niño que juega en las fuerzas básicas de Cruz Azul, todo ellos quieren, anhelan, suspiran y sueñan con vencer al América.