"José María González reveló que al segundo día del atentado, 'alguien' quiso visitar a Chava en terapia intensiva argumentando ser hermana de su mamá"
El representante del atacante paraguayo Salvador Cabañas, José María González, expresó hoy su temor por la seguridad del jugador en el hospital de México donde está ingresado a consecuencia del disparo que recibió en la cabeza en un bar de la capital mexicana.
González reveló en Asunción tras su regreso de México que al segundo día del incidente, ocurrido el pasado 25 de enero, "alguien quiso visitar a Salvador en terapia intensiva aduciendo que era la hermana de la mamá".
"Cuando la buscamos nadie supo de ella, nadie la vio, el que la vio ya no estaba", indicó el empresario, quien se encuentra en la capital paraguaya luego de acompañar al jugador junto a otros familiares desde el día siguiente a su hospitalización.
Cabañas, goleador de la selección de su país que disputará el Mundial de Sudáfrica 2010 y de las Águilas del América, evoluciona lentamente de ese ataque, atribuido a José Jorge Balderas, quien es buscado en todo México también con otros nombres.
"Cuando no se lo está aprendiendo a este sujeto siempre hay temor", aseveró González a la radio asuncena Primero de Marzo, al comentar que el día siguiente de ese extraño hecho aparecieron "diez guardias y dos patrulleros".
Añadió que como estaban más preocupados por la salud del jugador, que fue operado sin que se le pudiera retirar la bala de la cabeza, y que denunciaron lo ocurrido a los responsables del hospital que, a su vez, lo comunicaron a la Procuraduría.
"En principio se dijo que este sujeto (Balderas) tiene dos identidades, luego tres, cuatro, cinco y así sucesivamente, que era un capo mafioso y hasta ahora no sabemos por qué ocurrió todo eso. Imagínate cómo nos podríamos sentir", expresó.
"Cuando aparece el tema de la tía y cuando se deja una nota en el club América sin que nadie la firme, contando de las cosas de este sujeto, de que era muy poderoso y cosas así, nosotros empezamos a tener bastante miedo, nos sentimos inseguros", añadió.
Por otro lado, González cuestionó la actuación del embajador paraguayo en México, Carlos Riveros, de quien dijo que "se pasó siendo corresponsal" de los periodistas paraguayos.
Riveros "se nos acercó, se nos ofreció, pero cuando pedimos ayuda, él no estuvo", matizó el empresario, al tiempo de censurar al diplomático por haber presuntamente calificado como "una simple riña" lo ocurrido y que conocía a Cabañas "por lo calentón (temperamental) que es".
González reveló en Asunción tras su regreso de México que al segundo día del incidente, ocurrido el pasado 25 de enero, "alguien quiso visitar a Salvador en terapia intensiva aduciendo que era la hermana de la mamá".
"Cuando la buscamos nadie supo de ella, nadie la vio, el que la vio ya no estaba", indicó el empresario, quien se encuentra en la capital paraguaya luego de acompañar al jugador junto a otros familiares desde el día siguiente a su hospitalización.
Cabañas, goleador de la selección de su país que disputará el Mundial de Sudáfrica 2010 y de las Águilas del América, evoluciona lentamente de ese ataque, atribuido a José Jorge Balderas, quien es buscado en todo México también con otros nombres.
"Cuando no se lo está aprendiendo a este sujeto siempre hay temor", aseveró González a la radio asuncena Primero de Marzo, al comentar que el día siguiente de ese extraño hecho aparecieron "diez guardias y dos patrulleros".
Añadió que como estaban más preocupados por la salud del jugador, que fue operado sin que se le pudiera retirar la bala de la cabeza, y que denunciaron lo ocurrido a los responsables del hospital que, a su vez, lo comunicaron a la Procuraduría.
"En principio se dijo que este sujeto (Balderas) tiene dos identidades, luego tres, cuatro, cinco y así sucesivamente, que era un capo mafioso y hasta ahora no sabemos por qué ocurrió todo eso. Imagínate cómo nos podríamos sentir", expresó.
"Cuando aparece el tema de la tía y cuando se deja una nota en el club América sin que nadie la firme, contando de las cosas de este sujeto, de que era muy poderoso y cosas así, nosotros empezamos a tener bastante miedo, nos sentimos inseguros", añadió.
Por otro lado, González cuestionó la actuación del embajador paraguayo en México, Carlos Riveros, de quien dijo que "se pasó siendo corresponsal" de los periodistas paraguayos.
Riveros "se nos acercó, se nos ofreció, pero cuando pedimos ayuda, él no estuvo", matizó el empresario, al tiempo de censurar al diplomático por haber presuntamente calificado como "una simple riña" lo ocurrido y que conocía a Cabañas "por lo calentón (temperamental) que es".
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